Informes de resultados (lo que mueve los mercados)

Trading with Indicators

Pregunte a cualquier operador cuándo empiezan a calentarse las cosas en el mercado bursátil, y probablemente le señalará una cosa: la temporada de resultados. Es el momento en que las empresas levantan el telón y muestran al mundo su rendimiento. Y créame, esas cifras pueden hacer temblar los mercados.

Los informes de resultados no son sólo un puñado de cifras, sino que están cargados de expectativas, sentimientos y sorpresas. Los operadores no sólo reaccionan ante si una empresa ha ganado dinero, sino también ante si lo ha hecho mejor o peor de lo que todos esperaban. Esa es la palabra clave, expectativas.

Supongamos que un gigante tecnológico supera sus previsiones de ingresos y su beneficio por acción. Las acciones suben. Pero aquí está el giro: a veces, incluso si una empresa supera las expectativas, las acciones caen. ¿Por qué? Puede que las previsiones fueran débiles. Quizá el Consejero Delegado insinuó un crecimiento más lento. Quizá el mercado ya había "descontado" las buenas noticias. No se trata sólo de las cifras, sino de la historia que hay detrás.
Los resultados también marcan la pauta en sectores enteros. Si un gran banco registra un fuerte crecimiento de los préstamos y unos márgenes sólidos, otros valores financieros podrían subirse a esa ola. Por el contrario, un informe decepcionante de un líder del mercado puede arrastrar a todo el sector.

Para los operadores, la temporada de resultados es una mina de oro y un campo minado. La volatilidad aumenta, los diferenciales se amplían y las cotizaciones se vuelven bruscas e impredecibles. Hay que ser ágil, estar preparado y, lo que es más importante, ser consciente de lo que espera el mercado antes de que se conozcan las cifras.
Así que, cuando llegue la temporada de resultados, no se limite a ver los titulares, sino que analice el sentimiento, la orientación y la reacción. Porque en este juego, no se trata de lo que es cierto, sino de lo que el mercado cree que es cierto. verdadero.